La actitud es muy importante en el ámbito del show business. Un actor tiene la obligación de ser un buen profesional, pero también una persona con la que es fácil trabajar, con un equilibrio entre la humildad y liderazgo. Recuerda: Ser humilde no es pensar que eres menos, es no creerte más. Tienes que estar seguro de lo que haces y confiar en lo que puedes dar sin tener que suplicar o pedir trabajo. Ofrece tus servicios como a tí te gustaría y véndelos siempre des del respeto hacia los demás. Para ello es muy importante tener una marca personal bien definida con un buen material de trabajo profesional. (Más sobre la marca personal aquí y aquí). Juega, diviértete, lanza propuestas, sigue las indicaciones y da lo mejor de tu actor. El trabajo no consiste en pedir limosna, sino en conseguirlo con tus méritos.
Los directores de cásting no son tus enemigos
Ellos quieren que tú seas la persona adecuada para el papel igual que tú, porque lo que buscan es facilidad en su trabajo y si se lo puedes facilitar tú, ¡hazlo! Da lo mejor de tí haciéndolo bien y entrando en el papel o haciéndolo bien y no adecuándote en el papel, pero ser visto y considerado para futuros trabajos. Si lo consigues, haces que el sistema del trabajo funcione bien: Al director le gustará el trabajo hecho por el director de casting, al director de casting le gustará cómo lo hizo tu representante, y a tu representante – cómo lo has hecho tú. Todos se quedan contentos, especialmente tú.
Hábitos actorales
Para tener un buen renombre hay que adecuarse a ciertas normas. No llegues tarde, es de mala educación. Si llegas tarde al cásting, pensarán que podrías llegar tarde al rodaje (un minuto de rodaje es muy caro). Volviendo a la humildad – sigue las directrices que te da el director, eso significa ser profesional.
Por último, sé agradecido por cada oportunidad que te dan de estar en una producción.